jueves, 3 de febrero de 2011

Cuerpo


Hace muchos años conocí a Foucault en la facultad. El texto que mas me impacto fue el capítulo "El cuerpo de los condenados" uno del libro "Vigilar y Castigar" donde se describe minuciosamente el suplicio de Damiens condenado a muerte en 1757. El texto asfixiante me hacía doler las entrañas a la vez de que no podía dejar de leerlo. De repente me encontré con esta idea que plantea Foucault (ojo, es lo que yo recuerdo de este texto ó mi libre interpretación) de que el castigo se hace a través del sufrimiento físico del cuerpo.
Esa idea se instalo en mi ser. Y visito lugares oscuros.
Mi amigo M sufrió un suplicio sin estar condenado a muerte, simplemente tenía algo congénito que un día, como una bomba de tiempo, estalló y lo destruyó por dentro. Pero su cuerpo por fuera se veía bien, el dolor y la destrucción de su cuerpo era interior. ¿Sería lo que se le destruía a M lo mismo que querían realmente hacerle doler a Damiens?
Muchos años después vi 21 gramos. Y una vez más se abrió esta cadena personal de pensamientos híbridos y desordenadamente hilados con la noción del cuerpo, interior del cuerpo, enfermedades, su dolor y su castigo.
A través de todos estos años que el cáncer continúa ocupándose de cuerpos, con teorías, explicaciones, aciertos, avances... pero así y todo pareciera no existir algo garantizado, algo seguro, funciona esto en fulano, pero no en sultana. Tiene que ver con lo que comemos, con los hábitos, con lo ambiental... pero en unos si en otros no. De todas formas la enfermedad está, existe, y sin claridad aparece y carcome cuerpos de algunos. Otros en la lucha y a tiempo, sobreviven.
La enfermedad, los cuerpos (por fuera y por dentro), el dolor del cuerpo como castigo, el sufrimientos. Son, entre otros, temas que me atormentan, busco llaves para comprender estas cerraduras trabadas y oxidadas. Pasa todos los días, acá y alrededor del mundo. A veces de lejos, otras de cerca, otras nos roza.
Pero siempre, no importa la distancia o cercanía, me despierta este sin fin de entendimientos absurdos del castigo del cuerpo. Castigos dados por nosotros mismos, por sufrimientos, por enfermedades, por suplicio.
Pero siempre terminan siendo los cuerpos de los condenados.


La mariposa, viene a cuento... de que a pesar de todo. Siempre podemos abrir las alas y volar!

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