martes, 22 de marzo de 2011

Mimos: Regalo de Té



En el cumple de Flor a principio de febrero, ella me dio un regalo a mi en lugar de yo a ella. Lo habían comprado con Nico hacía más de dos meses, en el viaje que hicieron a La Angostura. Es una lata de un exquisito y delicado Té Rojo con rosas y jazmines.
Es un mimo gigante. Es un regalo hermoso y todo un detalle que el té tenga jazmín.
Soy feliz cada vez que veo mi lata entre todos mis tés. Es liviana lo cual es sorprendente para la cantidad de hebras que contiene. Para abrirla le saco el sticker suavemente para que siga intacta. Y descubro la delicada tela que abraza y envuelve la mezcla. Es muy perfumada, se fusiona y percibe junto y separado lo suave, lo dulce, lo ácido, las flores, el té... Y la cierro para que no se me vaya a escapar su aroma ni su sabor.

Esto es un mimo de mis amigos Flor y Nico. Gracias, los mimos son tan lindos, necesarios y reconfortantes.

La taza también es un mimo, pero de un amiga que no veo hace años... Por entonces éramos compañeras de trabajo. Ella me trajo esta taza de un viaje, para poder solucionar la aventura de preparar mis tés en hebras en la oficina, ya que esa taza trae un colador propio. En ese momento en el Barrio Chino no se conseguían como ahora... que las hay de variedades infinitas.

Ahora que lo pienso el Té en hebras es una de las pocas cosas que conservo de esa época de trabajo de oficina. O más bien, en ese momento tomar mi Té en hebras era una de las pocas en las cuales en ese lugar podía ser realmente yo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Lo que no puedo digerir: Anillo

Hay cosas que no puedo digerir, ni asimilar, ni olvidar, ni naturalizar.
Una cosa son recuerdos, anécdotas, sensaciones del pasado.
Otra cosa distinta es aquello que aunque pase el tiempo no puedo digerir.
Es parecido a lo que me pasa cuando me empacho. Difícilmente logro volver a ingerir algo que consumí en exceso, mi cuerpo lo rechaza.
Pero lo que no puedo digerir no es en términos digestivos del cuerpo.
Lo que no puedo digerir, son esas cosas que aunque pase el tiempo, mucho tiempo, cuando me las acuerdo me siguen doliendo y dando bronca.
Lo que no puedo digerir, son esas cosas que me arrepiento de como las hice. O que me pasaron por encima y me molesta como las resolví.
Lo que no puedo digerir, es lo que en alguna parte no puedo transformar y liberarlo. Liviano o Pesado, sea como sea el asunto: no puedo despojarme de eso, no puedo digerirlo y eliminarlo.
Lo que no puedo digerir, es en realidad un poco como el empacho, es lo que en alguna parte de mi ser quedo el registro de que me lastimo excesivamente.

Por ejemplo, no puedo digerir que una alumna de un taller que di hace años me haya robado un anillo que me habían regalado especialmente, y traído especialmente desde muy lejos y elegido especialmente para mi.
No importa el valor material, es tan solo que no puedo digerirlo.

martes, 8 de marzo de 2011

Arts Learning in Action video

Este video esta en inglés. Pero habla de una movida en CALIFORNIA - USA para demostrar a las autoridades oficiales que ya es hora de tomar conciencia del necesario poder y efecto que tiene la Educación de Artes, para que forme parte de la etapa y la curricula escolar.

Yo creo en esto, y hay mucho trabajo por hacer!!
Con este asunto tuvo que ver el viaje que gane e hice en 2010. Por si quieren chusmear acá voy poniendo cosas de una experiencia que cambio mi vida:

http://promotingtolerancethroughthearts.blogspot.com/

domingo, 6 de marzo de 2011

Soledad Exquisita

Jardín Botánico - Palermo - Bs As - Argentina - Febrero 2011

Los domingos tienen una soledad exquisita.
Por algo estoy pasando domingos sola otra vez. Es circunstancial no se puede pensar mucho, pasa y listo.

Me gusta y lo odio a la vez es un estado raro el de mis domingos. De chica me ponía triste, y me decían "los grandes" que era porque al otro día debía ir al colegio... y la verdad es que a mi no me molestaba ir al colegio.
Hubo una vez "un grande", que me hablo de la sensibilidad que unos tienen y otros no, como para amparar que no pasaba nada si me ponía triste sin razón un domingo.

Es que el domingo es nostálgico y feliz. El domingo es para los amantes y la familia. Domingo de paseo, domingo de casa no me muevo. Domingo reunión con amigos lejos, domingo no voy ni a la esquina. El domingo es comodín. Es libre. Es abierto, flexible, desestructurado. Ahora es hasta laborable. El domingo es versátil, el más versátil de los días de la semana. El domingo es comer desmesuradamente, o amoldarse a lo que quede en la heladera.
Hubo años, de muchos domingos de Soledad. Me sentía triste, miserable y pensaba fundar un fans club de todos los que nos sorprendía la depre en los domingos. Hice encuesta a varias personas, y detecte que mucha gente se siente sola y triste en domingo aunque rodeada de personas. Así que lo que me pasaba era algo común en el mundo entero.

Me di cuenta (hoy) que ya hace tiempo que no me deprimen los domingos pero que si tienen como un dejo de soledad y nostalgia siempre para mi. Quizás me di cuenta por la soledad de domingo luego de tanto tiempo de no soledad.

La soledad exquisita. Triste y feliz a la vez. Puedo poner música alta, saltar y bailar sola. Y si me dan ganas llorar.

Porque no pasa nada si te sentís un poco triste en domingo.