Dentista, tarjetas personales, almuerzo. Ir a dar el taller al colegio y poder llegar a la otra punta de la ciudad lo antes posible a la Jornada. Todo hermoso.
Al terminar el trabajo me invitan a ir al Teatro Ciego a ver "A ciegas con luz" y me quedo con el grupo para compartir la salida. Mi amiga Vicky no viene pero por esas cosas de la vida me entrega a su amiga brasileña, Mercia, quien me ofrece lugar en el hotel para que no regrese a casa sola. Por otra cosa de la vida, al llegar al Teatro Ciego me entero que el espectáculo consiste en una experiencia totalmente a oscuras, con sonidos, aromas y con una cena. Descaradamente a una invitación valiosa económica y culturalmente me atrevo a acusar de mis restricciones alimentarias.
PB - Perdón, hay alguien más vegetariano?
Alguien - Oh! Cierto, vegetarianos. Annemari también es vegetariana.
PB - Sino todo bien, no como y listo. La idea de comer a ciegas no me jode, pero no voy a poder jugar sin que me aseguren que mi menú sea vegetariano.
Entonces, resulta que eramos dos vegetarianas. A las cuales nos aislan en una mesa para tal menú con otros desconocidos vegetarianos. Resulta que la oscuridad me traslada a un estado de calma absoluta y serenidad. Annemari en cambio la pasa fatal. Y se toma de mis oídos y mi brazo de cuando en cuando y se atreve tímidamente sin conocerme a decirme que esta sumamente incomoda y que solo desea que el show termine. No se como pasó todo, pero resulta que ella siente que sobrevivió gracias a mi y yo que le pregunte solo el 50% de las veces que hubiese querido saber como estaba, para no ser pesada.
En algún punto fue mágico ese momento, ese lugar, y todo lo que sucedió con este grupo de gente. Sobretodo la conexión.
Finalmente me quedo a dormir con Mercia, cada habitación tiene dos enormes camas. A las 3 horas de acostarnos Mercia debe ir a tomar su vuelo de regreso a casa.
El domingo voy a lo de Buda, ya esta definido.
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