miércoles, 1 de junio de 2011

Shake and Fix

Aún no termine de describir la radiografía de una semana feliz que tuve a mediados de mayo y ya promedio vivencialmente la radiografía de una semana triste, infeliz, horrible.
La vida misma. A todos nos pasa. Les pasa.
En el mismo mes. De un momento al otro, las cosas se tiñen, mutan, cambian, se modifican, fluctúan, se degradan los colores y uno se queda pasmado pero a su vez tiene que seguir como sea, resolver, actuar.
Siento que de repente tengo que sostener los platos en el aire girando como un video de acróbatas chinos que vi el otro día en un canal de TV infantil.
La felicidad son esos destellos y punto. Entonces, no tiene sentido querer retenerlos, tan solo hay que disfrutarlos.
La tristeza y todo lo demás, serán (espero, deseo) oportunidades para aprender lo que más me quedo de mi primer teórico del profesorado de yoga, acerca del yoga mismo: Poder mantener la calma y el lugar que uno tiene que tener aún en medio del terremoto y la catástrofe.

Focalizar.
Ir de una cosa por vez.
Me siento el licuado de una licuadora, que le van modificando los ingredientes una y otra vez. Estoy ahí dentro de la licuadora y me incorporan una y otra cosa non stop.

(Igual no voy a llorar sobre la leche derramada, ni sangrar por la herida. Voy a tocar el fondo, focalizar, saltar y buscar mi felicidad. Mientras tanto la música y su letra me acompasa. Esta bueno saber que uno no esta solo, y que alguien alguna vez pensó en todo lo que significa: I will try to fix you)



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