El encuentro va bien, es interesante aunque por momentos me escapo y mi mente se ausenta de lo que estaba pasando y viajó a lo que me parece otra vida: lo que fueron mis años en San Fernando. Me da nostalgia y orgullo que sea este Municipio y no otro el elegido. Me da inquietud, curiosidad y motivación todos los proyectos culturales que están funcionando. Veo entre la gente a un profesor de Teatro de mi adolescencia... claro, mi sueño de ser actriz es desde muy pequeña.
En un momento nos vamos a un almuerzo que se esta armando en otra parte del mismo Municipio. Entonces recorro de una punta a otra San Fernando en auto y viajo otra vez con Annamari. Las dos reflexivas, ella al enterarse que San Fernando fue mi ciudad de infancia muchos años hace tiempo, y se atreve a decirme que volver a este lugar será para mi cerrar un capitulo. Y de repente me dice, que ella también esta cerrando un capitulo con este viaje, luego de 12 años de trabajo viajando para una organización, esta a punto de hacer un cambio radical y este es su último viaje. En medio de esta nostalgia analítica de ambas llegamos a una mansión muy vieja reciclada y es el Museo de la Ciudad de San Fernando. Almuerzo típico de empanadas, recorrida en ese lugar maravilloso y se gesta la idea junto a Annamari del video de las palabras.
La sensación de tanta emoción y sincronicidad se instala fuerte y constante en mi interior. Me impregna, desborda y rebalsa junto con la alegría de tanta coincidencia y conexión entre las personas. Y todos con el mismo interés de trabajar por la cultura, el arte, la juventud y la inclusión social.
Al terminar la jornada de San Fernando, aún queda el cierre con más gente que le interesa y trabaja en esto, la cita es unas horas más tarde en el Centro Cultural De España en Buenos Aires.
Me escapé. Pude pasar por mi casa y volver a mi misma con ducha y ropa. Y llegue a tiempo al fin de la jornada. Fue emotiva y nutritiva. Regresamos caminando por Buenos Aires de viernes por la noche, relevando visualmente a la cantidad de indigentes callejeros mientras con Vicky hablábamos de la vida misma y de encontrarnos el Lunes para tener tiempo para nosotras antes de su regreso a San Pablo.
Me despedí de cada uno de los integrantes de este equipo con el compromiso de estar en contactos y de armar la edición colectiva.
La noche termino con cansancio luego de tanta intensidad y con amigos ajenos a la Jornada pero inundados de arte y cultura con la música y el show de Los Paquitos en San Telmo.
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